ARRIÉSGATE A VIVIR SIN PASADO

¿Lo has pensado alguna vez? ¿Qué serías en este momento de tu vida si ayer no existiera?
Para bien y para mal el pasado condiciona nuestra forma de actuar, somos fruto de la genética y las vivencias y esto es fatal para nuestro desarrollo si no lo gestionamos bien.
Dicen los expertos que los seis primeros años de la vida son los que van a definir nuestro carácter. ¿Cuántos recuerdos conservas de aquella época? Muy pocos. Atesoramos pequeñas anécdotas apenas relevantes y resulta que condicionan todo lo que va a pasar después. Porque lo realmente importante se graba en el subconsciente. Las frases que nos repetían, los abrazos que nos daban, las rutinas de vida que se imprimían a fuego...
Así que no es de extrañar que sea una empresa casi imposible afrontar nuestro presente sin el peso del pasado. Pero hemos de intentarlo.
Lo primero es hacer las paces con alguna parte de nuestro pasado que no nos guste o que pensemos que sería fantástico borrar. Si no hablamos de hechos traumáticos y graves, todo lo que haya sucedido está bien, debemos repetirnos que ese pasado conforma la persona que somos en este momento y tampoco estamos tan mal, ¿no?
Por otro lado no debemos sentirnos culpables si realizamos objetivos opuestos a los marcados por el entorno familiar o cultural. Esto demuestra mucha valentía por nuestra parte. Vamos en contra de todo lo que se espera de nosotros y en el fondo sentimos que los estamos decepcionando. Pero adelante, demostremos al mundo que nuestra particular visión de las cosas es tan buena o mejor que la preestablecida.
Cada persona es diferente y precisa cambios más superficiales o grandes revoluciones. Descubre lo que realmente quieres hacer o ser y camina en esa dirección, no importa lo pequeño o grande que sea el cambio no cabe duda que siempre se empieza con un paso.
Arriésgate a vivir sin el peso del pasado, construye cada día con tu sello de identidad.
 Todo comienza con un solo paso

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